Coaching: Un proceso que transforma

Hoy te voy a mostrar la mirada de un coach ontológico. Un coach ontológico tiene la creencia de que somos seres lingüísticos, habitamos en el lenguaje. Esto quiere decir que el lenguaje es acción, con el lenguaje construimos y creamos realidades, abrimos o cerramos posibilidades. Es por ello, que no hay palabra inocente, tal y como nos enseña el maestro Rafael Echeverria en su libro Ontología del Lenguaje.

Además, cada persona es un ser el peligro de extinción, dicho de otra forma, cada ser tiene su propio equipaje a sus espaldas, sus historias, costumbres, cultura, hábitos, creencias… cada ser tiene su propia mirada y actúa en consecuencia.

¿Y por qué te cuento todo esto?

Resulta clave entender la mirada de coach para comprender y creer en un proceso de coaching. Nos sirve para ver lo potente que puede llegar a ser el lenguaje que tenemos hacia nosotros mismos y hacia los demás. Depende de cómo miremos las cosas, cómo pensemos, utilizaremos un lenguaje más posibilitador o menos. Y a su vez, utilizando un lenguaje más o menos posibilitador, pensaremos y miraremos las cosas de una forma concreta, y actuaremos en consecuencia.

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Aquí te muestro diferentes definiciones de Coaching que he recogido en el blog de la Escuela Europea del Coaching:

«Coaching es el arte de hacer preguntas para ayudar a otras personas, a través del aprendizaje, en la exploración y el descubrimiento de nuevas creencias que tienen como resultado el logro de sus objetivos «.
“El coaching profesional consiste en una relación profesional continuada que ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas. Mediante el proceso de coaching, el cliente profundiza en su conocimiento, aumenta su rendimiento y mejora su calidad de vida”.
«El coaching es una herramienta de desarrollo relacionada con la consecución de objetivos  y de acompañamiento de personas para que sean más conscientes de su propia eficacia frente a la consecución de resultados.  Lo que trabajamos en un proceso de coaching es potenciar los recursos con los que todos ya contamos con el compromiso de lograr los objetivos declarados.»

Se compone de sesiones de coaching (reuniones o entrevistas) entre el coach y su cliente, al que llamamos coachee. Tiene una duración determinada que se fija antes de iniciar y va en función del reto a alcanzar. Un proceso de coaching suele constar de entre 6 y 10 sesiones a lo largo de unos seis meses, cada sesión suele durar 90 minutos. No obstante, todo esto depende de la necesidad y compromiso del coachee.

En definitiva, mediante un proceso de coaching se genera muchísimo aprendizaje y enriquecimiento. Además de conocerse mejor a sí mismo, se descubren limitaciones y fortalezas de las que hasta ahora el coachee no ha sido consciente y lo pone en servicio de lo que quiere conseguir. Es una herramienta potente para diseñar el futuro que deseamos, visualizarlo y pasar a la acción.