Las empresas las hacemos las personas, sí, somos el CORAZÓN de la empresa.

Hablemos de lo que hemos hablado siempre: Comunicación Interna.

Las empresas no dejan de ser una red de conexiones entre procesos y personas, cada vez más horizontales, abiertas y transparentes, o esa es la tendencia, ¿no?. Pues eso.

Lo que parece ser evidente es que la forma en la que se comunica la empresa internamente y su reputación al respecto, hoy por hoy, ya son factores súper mega clave para su desarrollo positivo.

¿Cómo vamos a hacer frente a la incertidumbre y a los cambios en todos los sentidos, si no cambiamos y ni adaptamos nuestra forma de comunicar?

La Comunicación Interna es un principio transversal en la gestión empresarial, y desde que existe la empresa existe la Comunicación Interna. WOW Izas, qué sabía eres…

Sisi, siempre ha sido importante y nadie duda de que lo sea, al fin y al cabo, es el medio por el que y para el que se consiguen las cosas. Hace que las cosas sucedan. Sirve para transmitir información, para crear y mantener buenas relaciones, incluso para motivar a los trabajadores y trabajadoras. En definitiva, tiene un poder transformador (para bien y para mal), y nos ayuda a la consecución de los objetivos de la empresa.

¿Cómo avanzar en la comunicación interna sin el compromiso de la Alta Dirección?

Si, señoras y señores. Necesitamos la implicación REAL de la Dirección. Ellos deben de ser los mayores promotores y ejemplos de las acciones en esta materia. Y para ello, necesitamos escuchar y atender al empleado, al corazón de la empresa. Como bien asegura Miguel Ángel Merino, CEO de Línea Directa.: “Para mejorar la experiencia del cliente hay que empezar por entender y gestionar la experiencia del empleado”.

¿Y si hablamos del valor del propósito y la cultura dentro de la organización?

«Es función de la comunicación interna, explica Ricardo Hernández, director de Comunicación y Asuntos Públicos para Europa en Mondelēz International, “definir, hacer evolucionar y difundir el propósito, los valores y la cultura de la compañía, en un proceso continuo y circular, en el que los valores se asienten y refuercen con un liderazgo basado en el ejemplo de los líderes y en los modelos de comportamiento”. 

Qué bonito, ¿verdad?

Pues si, todo eso es verdad. El propósito de la empresa está ligado a la misión, visión y valores de la empresa, y no te engañes, aunque no hayas trabajado formalmente en la cultura corporativa todas las empresas tienen una, y la tuya también.

¡¡Todo esto importa y mucho!!

Entiende que depende de lo alineado que este todo, de lo bien o mal comunicado que esté y de lo que seamos capaces de obtener con todo ello, la cuenta de resultados tendrá unos números u otros.

¡Y si no lo quieres ver peor para ti! 🙁

 

Y ahora reflexiona:

  • ¿Qué personalidad tiene tu empresa?
  • ¿Existe orgullo de pertenencia en el corazón de tu organización?
  • ¿Hay confianza en el proyecto?
  • ¿Qué motiva y desmotiva a los trabajadores de tu empresa?
  • ¿Qué valoráis como empresa en un trabajador? ¿lo saben?

 

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